- Rosario. Viernes 24 de Septiembre de 2010.
Sr. ex presidente de la Nación y ex Comandante de las Fuerzas Armadas, Jorge Rafael Videla, esta carta que Ud. dispone en sus manos, en este momento, la cual le envié desde Rosario, por correo argentino, fue escrita por una iniciativa que tuve al ver sus declaraciones en la audiencia del juicio, cuando denunció sentirse intimidado por ser un preso político.
Usted no me conoce. Mi nombre es Andrés Belguich, tengo 22 años, estudio vocalización y teatro, y trabajo como secretario administrativo. En mis ratos libres me dedico a escribir sobre temas vinculados a lo social.
Le aclaro que no soy hijo de desaparecidos, ni periodista ni militante político. Soy tan solo un comunicador. Pertenezco a la generación del ´88, nací en Democracia y no viví la época del Proceso.
En mi casa y en el colegio Católico en donde egresé, me enseñaron que los militares pusieron el orden, pero nunca me quedó claro cual y que tipo de orden pusieron. Tengo curiosidad y me gustaría que usted me orientara.
Pregunto: ¿Es cierto lo que se dice de Papel Prensa o son cosas típicas de la politiquería barata, que se enfrenta por televisión?... ¿Es verdad que el político y ex subcomisario de policía, Luís Patti, torturó y mató gente?... ¿Es real que la Iglesia Católica apoyó estas medidas?... ¿Es verdadero que usted permitía que tiraran personas vivas al mar?... ¿Usted ordenó la privación ilegítima de la libertad de personas?... ¿Realmente hicieron desaparecer a un inválido por pensar distinto?... ¿Es verdad que usted autorizó el secuestro de chicos nacidos en cautiverio?...
Con mis 22 años, después de haber escuchado y leído aquellas versiones, se me hace muy difícil verlo a usted con aspecto de abuelo delicado y temeroso, manifestando en sus declaraciones, que hay unos apátridas subversivos rearmándose para atacarlo y que usted teme por su familia.
¿Que siente por dentro?... ¿Realmente siente miedo?... ¿Quién lo atacaría?... ¿Por qué lo atacarían a usted?... ¿Usted que dirigió la vida y la muerte, por qué tendría tanto miedo?
Que yo sepa, en estos 27 años de democracia nadie ha atentado contra su familia.
Tengo una gran inquietud. Como siempre dicen que los jóvenes somos el futuro, me gustaría conversar muchas horas con usted para que me ayude a entender.
A primera impresión sensorial, veo a una persona pulcra, limpia, inofensiva, honesta... ¿Es usted honesto?... ¿Fue usted honesto?... ¿Cuándo dice que asume todas sus responsabilidades, se refiere a todas las responsabilidades a las que hice referencia?
Siento que lo han dejado solo… ¿Dónde están sus camaradas?... ¿Dónde están aquellos fieles servidores, aquella mano de obra efectiva y mortífera?... Si es que existía. No lo sé. Soy muy joven. Cuénteme por favor. Quiero saber quién es usted.
Hay un periodista muy famoso, al cual admiro, que dice: “No creas todo lo que ves y escuchas en los medios”. Como yo le hago caso a él, quisiera escucharlo a usted. Me gustaría que me brindara una respuesta.
¿Dónde estuvo usted cuando fue la Guerra de Malvinas?... ¿Acaso en el frente?... ¿Es un héroe anónimo?... ¿Es usted alguien que, por humildad, no lo puede decir, como el Capitán Alfredo Astiz y el Coronel Aldo Rico, quienes lucharon en Malvinas?... ¿Fueron grandes valientes?
Me gustaría saberlo por sus propias palabras. Porque como dice el famoso periodista: “No creas todo lo que ves y escuchas en los medios”.
Me enteré que encontraron al nieto clandestino nº 102, de la dictadura militar. ¿Eso también será verdad?...
¿Que pasó en su cabeza?... ¿Que piensa hacer?... ¿Que es lo que le salió mal, teniendo todo para el exterminio?... ¿Es acaso usted un incapaz?
¿Cómo se siente ante la mirada de su pueblo?... Ante la mirada del mismo pueblo que en el año 1976, defendía esta recuperación de la Argentina en contra de la subversión apátrida.
¿Es cierto que la ESMA funcionaba como chupadero, en donde sus colegas delinquían, secuestraban y asesinaban personas?...
Para mí, sería un horror que todo esto fuera cierto. Yo creía que solamente lo habían hecho los soldados de Hitler y de Stalin. Y creí que todos esos hechos trágicos nos habían dejado una enseñanza en la historia de la humanidad.
No sé. Como dice aquel famoso periodista: “No creas todo lo que ves y escuchas en los medios”. Quiero su confirmación.
¿Que pensará su familia acerca de todo lo que se dice de usted?... ¿Que dirán sus nietos?... ¿Que dirá la Historia?...
Del General José de San Martín y otros próceres, se conocen muchas victorias. Algunas con héroes. Otras con sangre de indio, como en la campaña del desierto, a cargo del General Julio Argentino Roca.
A usted, la Historia… ¿Qué lugar le tiene guardado?
Le agradeceré si es tan amable, desde su hombre de bien que dice usted ser, tenga a bien contestar. Le saluda atentamente, esperando una próxima respuesta,
Andrés Belguich
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