Discepolín Vive - Teatro
Una
adaptación de “La obra innombrable” de W. Shakespeare. Una trama que se
desarrolla en un lejano pasado pero que bien puede reflejar la historia actual
de cualquier personaje que intente obtener determinado tipo de poder a
cualquier costo.
Por
Andrés Venier
El
personaje de Macbeth se debate entre la sugestión y la locura de sus actos,
llevado por sus ansias de poder y en busca de un destino de grandeza.
El
vestuario refleja fielmente a la época que alude la obra. Cabe destacar lo bien
logrado de los objetos y efectos que intervienen en escena, junto con las
luces, el sonido y la iluminación creando una atmósfera que nos transporta
hacia la antigua Escocia.
Carlos Romagnoli, director de “MKB, la trama escocesa”, habló con Discepolín Vive! sobre la obra.
DV:
¿Cuál es el comienzo que dispara la trama?
CR:
La obra se trata sensiblemente de un personaje, en este caso Macbeth, que
recibe el anuncio de unas señoras parecidas a unas brujas, augurándoles que va
a ser rey. Esto lo sorprende y una vez que se lo comunica a su señora, hacen
todos los desastres necesarios para que eso suceda y después todo se los
devuelve.
DV:
¿Encontrás algún paralelismo (salvando las distancias) de lo que le ocurre a
Macbeth con algunos personajes actuales, sobre todo algunos mandatarios de
algunos países?
CR:
Yo creo que por ser un clásico, por ser lo que es, obviamente tienen la
particularidad de ser actuales todo el tiempo. Porque todo el tiempo están
hablando sobre la naturaleza humana, cosa que evidentemente no terminamos de
cambiar, porque es una obra de 400 años y así como los griegos hace 2500 años.
Nosotros tecnológicamente cambiamos muchísimo, intelectualmente cambiamos
muchísimo pero evidentemente como naturaleza humana siempre estamos en un lugar
bastante cercano a la locura y siempre estamos peleando y luchando por el poder.
Como si el poder significara algo en sí mismo. La obra trata sobre la
sugestión, hoy en día te podría decir que los medios, sobre todo la televisión
operan como entidades de sugestión, así como acá las brujas. Ese paralelismo es
inevitable, la gente vive dentro de una historia contada y ellos después la
replican como pasa con el personaje. A él lo sugestionan con algo, no en vano
aparecen atrás de unos espejos que nos reflejan pero que al mismo tiempo nos
cuentan y nos dicen haciéndonos parecer que nos reflejan. En realidad no es así,
lo que reflejan es una realidad que en general es la que les conviene a ellos
para poder jugar con las voluntades y las conciencias de la gente.
DV:
Como una realidad virtual pero de aquella época.
CR:
Claro, era muy adelantado Shakespeare en ese sentido, a eso voy cuando me
refiero a la naturaleza humana en el sentido que la gente cree lo que quiere
creer, a nosotros nos pasa. Yo no me escindo de la gente, tenemos esa comodidad,
un lugar cómodo, una zona en que preferimos creer eso a tener una visión amplia
y objetiva para poder saber a quién vamos a elegir o tener ahí adelante para
que el país progrese y por lo tanto progrese uno. Uno no progresa solo, no
estamos solos. Y también lo dice la obra ¿el poder para qué? porque una vez que
lo tenes ¿Qué? ¿Cuál es el límite? ¿Dónde está el límite?
Hay
gente que sufre para que vos tengas más poder ¿Y qué hacen con eso? Porque te
vas a ir al mismo lugar que nos vamos a ir todos. Y esta bueno irse a ese lugar
habiendo recorrido un camino más digno. No me resultan dignas esa personalidades,
no tienen dignidad, tienen dinero nada más. Acá es más complejo, no se trata de dinero, se
trata de conseguir aquello que uno desea, pero lo consiguen sugestionados por
algo que le dijeron los de afuera y obviamente eso que consiguen no tiene valor.
Por
eso cuando alguien esta legítimamente puesto ahí tiene un valor, cuando esta puesto
de una manera algo rara o emparchada, tiene otro valor y es lo que estamos
viviendo en este momento.
DV:
Todo el arte en general ¿Está pasando una etapa más dura que hace un tiempo
atrás?
CR:
Inevitablemente el teatro está hecho por seres humanos, que es visto por otros
seres humanos. Lo que tiene el teatro a diferencia del cine, la televisión o la
radio, es que con el teatro no hay intermediarios. O sea la gente q está viendo
a gente ahí, viva y en ese momento. A
todos nos pasa la realidad, nos pasa uno
cuando elige una obra consciente o inconscientemente o a través de su
inconsciente. Cuando la lleva a la elección, es por todo lo que pasa, o te
querés escapar de eso o lo querés poner de manifiesto. Eso ya depende de cada
quien y quien la lleve adelante. Sí, las cosas están muy difíciles, uno trata
de poner en escena actuaciones y una maquinaria compleja, todo lo más compleja
posible dentro de las limitaciones económicas. Pero que sea algo atractivo,
digno y estimulante para ver para poder atraer a la gente para que venga a
vernos, porque inevitablemente dependemos como actores de la cultura de la
gente. Toda la cultura está hecha por gente para la gente, si el espectador no
esta no hay obra.
La
obra “MKB, la trama escocesa” adaptación de Macbeth de W Shakespeare, con
dirección de Carlos Romagnoli, se presenta todos los sábados de junio a las 21
hs en el Teatro “La escalera” (9 de julio 324). Actúan: Marcela Espíndola
Galante, Nacho Farías, Germán Germinale, Marcelo Pucheta, Nicolás Jaworski.
Diseño
y composición de vestuario: Germán Germinale y Lorena Fenoglio.
Creación
e intervención de objetos: Marcelo Pucheta.
Escenografía:
Carlos Romagnoli.
Diseño
de luces: Mafer Weber y Sol Diaz Puig.
Asistente
de dirección: Nacho Farías.
Producción
general: La escalera.