miércoles, 23 de febrero de 2011

Liberaciones que no alcanzan

La Plaza de la Perla, en la capital Manama, continúa ocupada por los manifestantes, en su mayoría chiítas, que solicitan reformas en la monarquía sunita. El monarca Hamad ben Isa Al Jalifa liberó a 23 presos políticos, pero el reclamo sigue: "Todos somos hermanos", "no abandonaremos el país". Las fuerzas de seguridad se retiraron de la capital.
"¡No nos dejaremos humillar!", decía una mujer, un día después de una manifestación multitudinaria en el centro de la capital en memoria de siete manifestantes chiitas muertos en la represión que marcó el arranque de la revuelta, el 14 de febrero.
Tras los disturbios de ayer, las fuerzas de seguridad dejaron el centro de la ciudad y no se veían policías, un signo de la voluntad de apaciguamiento de las autoridades con la oposición.
El otro signo fue la liberación de 23 activistas chiítas, acusados de crímenes "terroristas", que quedaron indultados por el rey, quien lo anunció como un gesto ante el llamamiento de clemencia por parte de los manifestantes.
Los principales partidos de la oposición en Bahrein, dominados por los chiítas, piden la instauración de una monarquía constitucional en este archipiélago del Golfo Pérsico, sede de la V Flota de Estados Unidos, en el que reina la dinastía de los Al Jalifa desde hace 200 años.
Sin embargo, los manifestantes que ocupan el centro de Manama tienen reivindicaciones más radicales que los partidos de oposición y aseguran que su objetivo es acabar con la monarquía.
En un comunicado difundido el martes, los principales líderes chiítas llamaron a una nueva manifestación a la plaza central para este viernes "para llorar a los mártires".
Al Jalifa consideró que "todos pudieron dar su opinión" y señaló que "las plazas públicas no son el mejor lugar para que la gente se exprese. Lo que es justo es sentarse a la mesa de diálogo nacional, como propuso el príncipe heredero, con mi apoyo".
El rey Al Jalifa viajó a Arabia Saudita, donde el rey Abdalá anunció una serie de medidas sociales que beneficiarán sobre todo a funcionarios, estudiantes y obtención de créditos, con motivo de su regreso al país tras tres meses de ausencia por enfermedad. Abdalá apoya plenamente al régimen de Bahrein y rechaza la injerencia extranjera en los asuntos del país.

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