miércoles, 23 de febrero de 2011

Liberada de una red de trata

Su madre la buscaba desde hace un año. Denunció que había sido captada por una red de trata para ser explotada sexualmente y llegó hasta la presidenta Cristina Fernández. Hace unos días la chica se presentó en un destacamento de Gendarmería.


 Por Mariana Carbajal
Jacqueline Andines no quiere volver a La Rioja. Tiene mucho miedo. Se le nota en la mirada. Y en lo que prefiere callar. Esta adolescente, de 19 años, está bajo el resguardo de la Oficina de Rescate y Acompañamiento de Personas Víctimas de Trata, del Ministerio de Justicia, desde que, hace una semana, apareció en el partido de La Matanza. Hace un año que su madre, María Anahí Ruiz, la buscaba y había denunciado que había sido “chupada” por una red de tratantes para ser explotada sexualmente. Incluso, Ruiz llevó su desesperación –ante la prolongada ausencia de su hija– a la presidenta Cristina Fernández. Jacqueline se presentó el 9 de febrero por sus propios medios en una delegación de Gendarmería Nacional, en la localidad de Virrey del Pino, cuando se enteró por vecinos de la casa en la que estaba viviendo que la estaban buscando por el barrio a partir de una denuncia anónima que había recibido la madre. Además de la Oficina de Rescate, la están acompañando especialistas de la Fundación María de los Angeles, que preside la madre de Marita Verón, Susana Trimarco, entidad que se había presentado como querellante en la causa judicial abierta en La Rioja por la desaparición de la chica.
En enero fueron rescatadas en distintos procedimientos realizados por fuerzas de seguridad, con la presencia de la Oficina de Rescate, 17 mujeres víctimas de trata para explotación sexual en diversos puntos del país, según informó el organismo. A lo largo de 2010, fueron 376 las mujeres liberadas. Y desde que la ley contra la trata entró en vigencia, en 2008, hasta la actualidad, en total se rescataron 744 mujeres de burdeles y VIP y 433 personas más, la amplia mayoría varones, víctimas de trata para explotación laboral, de acuerdo con las estadísticas oficiales a las que accedió Página/12.
Una noche de enero de 2010, Jacqueline, que en ese momento tenía 18 años, salió a bailar con un vecino del barrio Virgen del Valle, en las afueras de la ciudad de La Rioja, donde vivía con su madre, y no regresó nunca más. Desde entonces, y hasta la semana pasada, su familia no había tenido noticias suyas. Jacqueline no se había llevado documentos ni ropa. En su casa quedaron sus dos hijitos, de 4 y 2 años. La Fundación que dirige Trimarco se constituyó como querellante en septiembre, al entender que en el expediente había elementos que indicaban que se trataba de un caso de trata de personas, y para fortalecer el reclamo de la madre, que sentía que no se la escuchaba en los tribunales riojanos.
Jacqueline, finalmente, se presentó espontáneamente ante un destacamento de Gendarmería, que estaba realizando tareas de inteligencia en el barrio para dar con ella a partir de información recibida en forma anónima por su madre en los últimos días. Según pudo saber este diario, la muchacha se encuentra en buen estado de salud.
Intervino el Juzgado Federal N0 2 de Morón, donde brindó una breve declaración el 14 de febrero. Pero el expediente pasó luego al Juzgado Federal de La Rioja, que llevaba adelante la investigación por la desaparición de la adolescente. De todas formas, fuentes de la Oficina de Rescate y Acompañamiento dijeron a Página/12 que no creen que pueda declarar en La Rioja pronto, dado que no está en condiciones emocionales para prestar declaración testimonial y rememorar las situaciones vividas en el último año, en el que habría estado encerrada en distintos burdeles, al parecer, situados en más de una provincia. No está claro todavía cómo pudo zafar de la red que la habría reclutado, dado que no ha querido brindar información al respecto, por temor a represalias sobre ella o su familia.
El rostro de Jacqueline fue difundido en transmisiones televisivas de Fútbol para todos, luego de que la madre se movilizara e hiciera llegar su reclamo a la propia Presidenta, al acercarse en un acto oficial organizado por el gobierno riojano, en el que participó la mandataria a mediados del año pasado. Aún Jacqueline no se encontró con su familia, que se halla en La Rioja, también temerosa por represalias que pudieran sufrir de parte de quienes la habrían tenido secuestrada. Se evaluará, oportunamente, dijeron fuentes de la Oficina de Rescate, si los miembros de la familia ingresan a un programa de protección de testigos.
Desde que desapareció la adolescente, el 8 de enero de 2010, su madre recorrió distintos mostradores, tanto de la policía provincial como de la Justicia para pedir que buscaran a su hija, pero según contó Ruiz, lo único que recibió fueron evasivas. Aunque denunció su desaparición al día siguiente de ver a su hija por última vez, el caso llegó al Juzgado Federal de La Rioja recién el 16 de abril de 2010. Desde mayo, la mujer, de 38 años, que sola mantiene a sus siete hijos y los dos nietos, hijos de Jacqueline, organizaba marchas por las calles del centro riojano, con carteles que pedían ayuda para encontrar a su hija mayor. En su barrio, denunció, otras adolescentes habían desaparecido, presuntamente secuestradas por tratantes con fines de explotación sexual.

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