Desendeudamiento |
La prioridad de nuestra política fue alinear los compromisos financieros con la verdadera capacidad de pago del país, teniendo presente que la masa de recursos es la que existe y no puede incrementarse ni milagrosa ni explosivamente. La acumulación de reservas es la estrategia principal para lograr un sostenimiento del peso acorde a las necesidades productivas del país. De esta forma, generamos un verdadero seguro anticrisis que permite reducir la vulnerabilidad externa, dar certidumbre a la inversión pública y privada, y desarrollar un mercado de capitales. Con una moneda fuerte se potencia el rol productivo del país, sumado al sostenimiento de las pequeñas y medianas empresas. El flujo de las exportaciones (y la limitación de las importaciones sobre algunos productos) potencia a su vez la acumulación de divisas en el Banco Central. Un pilar del modelo de acumulación con inclusión, fue volver a poner a la inversión en obra pública, en infraestructura, como una de las prioridades de la gestión estatal, considerando su capacidad de mejorar la calidad de vida, de motorizar rápidamente el nivel de actividad y generar mejor competitividad económica y social. El Estado debe ser un sujeto económico activo, apuntando a la terminación de las obras públicas inconclusas, la generación de trabajo genuino y la fuerte inversión en nuevas obras. Nuestra política comercial se afianza en un proceso de reindustrialización nacional apoyado en la industria manufacturera, privilegiando el mercado interno y con un fuerte sesgo exportador. Además de defender nuestra balanza comercial, se busca por esta vía defender el trabajo y el capital nacional. La educación pasa a ser el tema central de la Argentina. El futuro de la Argentina depende en buena medida de la calidad del trabajo de su gente, y esa calidad de trabajo depende fundamentalmente del acceso a una educación digna para todos. Es por eso que la Ley de Educación Nacional aprobada en 2006, por primera vez plantea la educación como un bien público y un derecho personal y social, que tiene que estar garantizado por el Estado Nacional. Nos proponemos impulsar la generación y aprovechamiento social de los conocimientos y por ello concebimos a la ciencia y a la tecnología como el factor estratégico capaz de agregar valor y apuntalar el desarrollo de la industria. Apostamos a la reconstrucción del entramado científico para incrementar la competitividad del sector productivo, sobre la base del desarrollo de un nuevo patrón de producción basado en bienes y servicios con mayor densidad tecnológica. También ponemos especial atención en la promoción de la biotecnología moderna y la nanotecnología, entre otras ramas de la ciencia. En el centro de nuestra política ambiental está la voluntad de mitigar el cambio climático y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, así como la protección de los ecosistemas. Como parte de esa voluntad se genera en primer término la decisión de promover la energía de fuentes renovables en orden a asegurar su participación creciente en la matriz energética, la búsqueda de la eficiencia energética mediante programas dirigidos a tal fin y la preservación de los bosques nativos. Nos hemos propuesto crear las condiciones competitivas para impulsar el turismo y, especialmente, intensificar los aspectos vinculados al desarrollo del turismo social, entendiendo éste como vehículo para lograr la posibilidad de acceso al turismo a todos los sectores de la población. El Estado argentino asume la tarea de revisar lo actuado por el terrorismo estatal durante la dictadura y por los gobiernos que la sucedieron. Esta asunción se expresa en el desarrollo de una política de Estado basada en los pilares históricos del movimiento de derechos humanos en la Argentina: memoria, verdad y justicia. Un Estado que asume su responsabilidad histórica. Un Estado que reivindica y hace propia la lucha de las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo y explicita la posición política desde la que promoverá el ejercicio de la memoria. La integración latinoamericana es parte indisoluble de nuestra política exterior. Nuestra aspiración de reducción de nuestras desigualdades, de lucha contra el hambre y la pobreza, también son objetivos que se comparten con los países hermanos de nuestra región. Consideramos al MERCOSUR como una verdadera esperanza para nuestro continente y por ello nuestras acciones se orientan hacia la consolidación y al progreso del Bloque, tanto desde el punto de vista comercial como institucional y social, y a la defensa. En lo que respecta a la disputa de la soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias y Sandwichs del Sur y los espacios marítimos insulares correspondientes, la Argentina no cederá en su legítima aspiración de recuperar el ejercicio de esa soberanía por medios pacíficos. |
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