En Argentina, las consecuencias de los abortos inseguros son la principal causa de mortalidad materna.
Las leyes de aborto restrictivas no están asociadas con tasas de interrupción de embarazo más bajas. Esta es una de las conclusiones de una nueva investigación del Instituto Guttmacher y la Organización Mundial de la Salud publicada en los últimos días en la prestigiosa revista médica The Lancet. El estudio, “Aborto inducido: incidencia y tendencias mundiales de 1995 a 2008”, revela que la tasa de aborto en 2008 fue de 29 por mil mujeres en edad reproductiva en Africa y 32 por mil en América latina, regiones en donde el aborto está altamente restringido en casi todos los países. En contraste, Europa Occidental, en donde el aborto es generalmente permitido por amplias causales, la tasa fue de 12 por mil.
El trabajo advierte que se ha estancado la disminución de los abortos a nivel mundial –que se venía observando entre 1995 y 2003– y que ese escenario coincide con la desaceleración en lo que había sido un aumento continuo en el uso de anticonceptivos. “La decreciente tendencia del aborto inducido que habíamos visto globalmente se ha estancado; y estamos presenciando una creciente proporción de todos los abortos que ocurren en los países en desarrollo, en donde el procedimiento es con frecuencia clandestino e inseguro. Esta es causa de preocupación”, indica Gilda Sedgh, autora principal del estudio e investigadora senior en el Guttmacher Institute. “Este estancamiento coincide con la desaceleración en la adopción de métodos anticonceptivos. Sin una mayor inversión en servicios de planificación familiar de calidad, podemos esperar que esta tendencia persista”, agrega la especialista. En el mundo en desarrollo, después de disminuir desde 34 en 1995 hasta 29 en 2003, la tasa de aborto quedó sin cambios en 2008 (29 por mil). La situación fue algo diferente en el mundo desarrollado (con excepción de Europa Oriental), en donde la tasa de aborto fue mucho más baja en 2008, de 17 por mil, con una disminución respecto de 1995, cuando se registraban 20 por mil.
“Las cifras nuevas son profundamente alarmantes. El avance logrado en los años noventa va ahora en reversa. Promover e implementar políticas para reducir el número de abortos es ahora una prioridad urgente para todos los países y para las agencias que trabajan en la salud global, como la OMS”, afirma Richard Horton, editor de The Lancet. “Condenar, estigmatizar y criminalizar el aborto son estrategias crueles y fallidas. Es tiempo para un enfoque de salud pública que reduzca el daño y esto significa leyes más liberales de aborto.”
El estudio, en el que también participaron investigadores de la OMS, muestra que las complicaciones debidas al aborto inseguro continuaron representando un porcentaje estimado en 13 por ciento del total de muertes maternas a nivel mundial en 2008; casi todas estas muertes ocurrieron en los países en desarrollo. En Argentina, las consecuencias de los abortos inseguros son la principal causa de mortalidad materna desde hace más de 30 años, muy por encima del promedio mundial. A nivel global, el aborto inseguro alcanzó a 220 muertes por 100.000 procedimientos en 2008; es decir, 350 veces el nivel asociado con los abortos legales inducidos en los Estados Unidos, donde ocurren 0,6 muerte cada 100.000 intervenciones. El aborto inseguro es también una causa significativa de la mala salud: cada año, aproximadamente 8,5 millones de mujeres en los países en desarrollo sufren complicaciones lo suficientemente graves para requerir atención médica; y tres millones de ellas no reciben la atención necesaria, dice la investigación, que se puede consultar en inglés enhttp://www.guttmacher.org/pubs/journals/Sedgh-Lancet-201201.pdf.
“En los países en desarrollo, los riesgos son mayores para las mujeres más pobres. Ellas son las que tienen el menor acceso a los servicios de planificación familiar y la mayor probabilidad de sufrir las consecuencias negativas de un procedimiento inseguro. Además, cuando necesitan tratamiento por complicaciones derivadas del aborto, las mujeres pobres tienen el menor acceso a la atención posaborto.”
La subregión de Africa Meridional, en donde cerca del 90 por ciento de las mujeres viven bajo la ley liberal del aborto de Sudáfrica, tiene la tasa de aborto más baja en Africa, de 15 abortos por 1000 mujeres. Otras tasas subregionales muy bajas son las de Europa Occidental (12) y la de Europa Septentrional (17); en esas subregiones, tanto el aborto como la anticoncepción están ampliamente disponibles, ya sea gratuitamente o a muy bajo costo. Europa Oriental presenta una situación muy diferente, con una tasa de aborto de casi cuatro veces la de Europa Occidental. Esta discrepancia se debe a los relativamente bajos niveles de uso de anticoncepción moderna en Europa Oriental, especialmente de los métodos específicos de la píldora y el DIU. Después de una dramática disminución en la tasa de aborto entre 1995 y 2003, de 90 a 44 por 1000 mujeres, Europa Oriental casi no experimentó cambio alguno en la tasa entre 2003 y 2008.
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