Mara Laudonia, enviada especial
La Argentina dio un importante paso en Washington en la discusión internacional acerca de la decisión de retomar el recontrol estatal en YPF a través de la expropiación del 51 por ciento de las acciones que posee la española Repsol, donde el FMI y los países del G20 reconocieron que se trata de una "decisión soberana" y que la cuestión es de corte "bilateral" con España.
En el previa de la Asamblea de la Primavera (boreal) del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial (BM), el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, participó de las deliberaciones del G-20, donde defendió la postura argentina respecto a YPF y dijo que resulta "improcedente" que este foro internacional trate la cuestión, como pedía España.
A primera hora del viernes, el director del Departamento Occidental del FMI, Nicolás Eyzaguirre, fue el primero en dejar en claro que la medida tomada por Argentina era la "decisión de un país soberano" y que por eso la cuestión debía ser considerada como "un asunto bilateral".
Tras señalar que el FMI es "una organización multilateral", el economista chileno agregó que "lo que esperamos es que, por el beneficio tanto de Argentina como de la región, la nacionalización se dé en un ambiente de acuerdo entre las dos partes".
Las palabras de Eyzaguirre ponen de manifiesto el derecho que asiste al gobierno argentino en su decisión de tomar el control de YPF a través de la expropiación del 51 por ciento de las acciones que se encuentran en manos de Repsol, a contramano de las fuertes críticas y advertencias de sanciones disparadas desde España y la Unión Europea, y la búsqueda de apoyo que salió a buscar en Washington el ministro de Economía español, Luis De Guindos, en Washington.
El ministro de Economía de México, José Antonio Meade, representante del país que ostenta la titularidad del G20 y socio de Repsol en negocios petroleros, también se refirió en el mismo sentido.
En conferencia de prensa ofrecida tras la reunión de ministros de Economía del G20, Meade dijo que el G20 "no es un foro para tratar disputa específicas de asuntos bilaterales".
Meade moderó notoriamente los dichos del día anterior cuando apenas aterrizado Lorenzino, compartió un panel con el ministro argentino y soltó que podría ser un "tema válido" para ser considerado por el G20.
De Guindos, por su parte, hizo una "interpretación" del comunicado del G20, al sostener que contenía un mensaje de apoyo a su país en la discusión entablada con Argentina por YPF.
Concretamente, apuntó al párrafo que habla del compromiso de evitar el proteccionismo.
Al respecto, Lorenzino lo cruzó: "no concuerdo con la interpretación del ministro español sobre el lenguaje del comunicado. No recuerdo desde el 2008 uno que no se hable sobre el proteccionismo" en el G20.
"Es más interesante lo de Meade, que sostiene que el G20 es un foro multilateral que busca crear consenso para cuestiones relativas a la economía internacional", agregó.
Lorenzino salió en línea con el discurso que a esa misma hora pronunciaba la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en la provincia de Santa Cruz, en referencia al anuncio formulado por el gobierno español de restringir la compra de biodiesel producido en Argentina.
"España es país soberano y tiene todo el derecho de tomar medidas que considere adecuadas", dijo al respecto el ministro.
Lorenzino que esto pone de manifiesto la diferencia que existe "entre una economía sana que crece y crea empleo y que le permite, absorber la producción de biodiesel que no va a ser absorbida por España, y una economía que no privilegia su mercado interno y su economía real como meta".
El ministro negó que el precio de YPF sea un motivo de negociación con Repsol, ya que no lo establece la legislación argentina. "Nosotros no hablamos de cifras, sino de normas y vemos con regocijo que la oposición acompaña el proyecto de ley" enviado al Congreso que será tratado por el Senado en la sesión del miércoles.
El proceso de expropiación de YPF y el precio de la compañía “está regulado por una ley que es anterior" al anuncio del gobierno de retomar el control estatal en la petrolera, y que contempla primero una aprobación en el Congreso, dijo el funcionario.
Asimismo, Lorenzino ratificó la política de desendeudamiento que lleva adelante el gobierno. “No es un objetivo acceder al mercado de financiamiento, es más, Argentina está embarcada en una política que la Presidenta llama de desendeudamiento”, dijo esta tarde Lorenzino.
Por último, consultado sobre el clima de inversión, consideró que el mismo está determinado por "un crecimiento sustentable un mercado que genere puestos de trabajo, un sistema financiero sano, y un tipo de cambio que no esté sujeto a los a vaivenes internacionales y que esté controlado por el Banco Central", condimentos que tiene la Argentina.
Lorenzino estuvo todo el día participando de la Cumbre del G20. Por la tarde, acompañado por la vicejefa de Gabinete, Analía Tello, se reunió con el nuevo vicepresidente de la entidad para la región, Hasan Tuluy, y la representante del Banco Mundial en el país, Penélope Brooke.
Allí analizaron los temas de la programación de la estrategia del Banco con el país para los próximos cuatro años, que podría involucrar 3000 millones de dólares.
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