El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, visitó imprevistamente Afganistán en el primer aniversario de la muerte de Osama Bin Laden, y dijo que la intervención militar norteamericana en este país está llegando a su fin así como culminó ya la de Irak.
Bagra discurso televisado a su nación desde una base militar en Afganistán y en un acto de un alto simbolismo político para un presidente que busca su reelección en las elecciones de noviembre.
"Nuestra meta es destruir a Al Qaeda, y estamos en la senda para hacer exactamente eso", agregó Obama, cuya campaña presenta el asesinato de Bin Laden en un operativo militar clandestino en el vecino Pakistán como el principal fruto de la rediseñada estrategia militar del mandatario.
Obama habló en la base aérea de Bagram horas después de firmar en Kabul un acuerdo de asociación estratégica con su par afgano, Hamid Karzai, que regirá las relaciones entre los dos países en la décadas posterior al fin de la misión de combate de Estados Unidos en Afganistán, previsto para fines de 2014.
En la tranquilidad de la noche, rodeado de secretismo y medidas de seguridad, Obama llegó al aeropuerto de Bagram para una visita de siete horas a Afganistán, donde su país libra una guerra de más de una década contra rebeldes islamistas desde los atentados de Al Qaeda del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.
Apenas aterrizado con el avión Air Force One, el presidente tomó un helicóptero hacia el Palacio Presidencial de Kabul, donde firmó el acuerdo e hizo declaraciones a la prensa con Karzai a su lado.
Luego volvió a la base y saludó a decenas de soldados, estrechando mano tras mano. Después cerró la visita relámpago con el discurso televisado, que pronunció parado delante de camiones blindados militares a la hora de la cena en la costa este de Estados Unidos, aunque a las 4 de la mañana en Afganistán.
En su mensaje, el presidente recordó que fue en Afganistán donde Bin Laden planeó los atentados con aviones a las Torres Gemelas y el Pentágono de 2001, y que esto derivó en la invasión estadounidense con aval de la ONU para derrocar a los entonces gobernantes talibanes por negarse a entregar al líder de Al Qaeda.
"Este tiempo de guerra comenzó en Afganistán. Con fe el uno en el otro, y nuestros ojos fijos en el futuro, terminemos con el trabajo que tenemos a la mano y forjemos una paz justa y duradera", señaló Obama, citado por la cadena de noticias CNN.
Más temprano, el mandatario dio un discurso igualmente animado ante las tropas estacionadas en Bagram, la base estadounidense más importante en Afganistán, al norte de Kabul.
"Hay luz en el horizonte", declaró a los soldados, agradeciendo y encomiando su labor.
Obama dijo que, en virtud del acuerdo firmado con Karzai, las tropas estadounidenses desempeñarán tareas de contraterrorismo y de entrenamiento de las fuerzas de seguridad afganas, pero afirmó que su país no tendrá bases permanentes en Afganistán.
"Pero no tendremos bases permanentes en este país, ni patrullaremos sus ciudades y montañas", señaló.
En su discurso a la nación, Obama dijo que reconoce que "muchos estadounidenses están cansados de la guerra" en Afganistán, la más larga que tuvo que pelear Estados Unidos en su historia.
Pero el presidente dijo que el año pasado retiró a 10.000 soldados de Afganistán y que 23.000 más abandonarán el país antes de septiembre.
"Luego de eso, las reducciones continuarán a un paso firme, con más de nuestros soldados regresando a casa. Y como acordó nuestra coalición, para fines de 2014 los afganos serán plenamente responsables de la seguridad de su país", añadió.
Por motivos de seguridad, los periodistas de distintos medios que acompañaron a Obama en el vuelo de 13 horas aceptaron mantener el viaje en secreto hasta la llegada del mandatario al Palacio Presidencial de Kabul, la capital del país, donde los talibanes todavía cometen ataques, a veces letales, informó CNN.
Desde la muerte de Bin Laden, las relaciones entre Estados Unidos y Afganistán pasaron por momentos de tensión debido a la quema de ejemplares del Corán en la base de Bagram y al asesinato de 17 civiles afganos, entre ellos varios chicos, por parte de un soldado norteamericano.
Más de 1.800 soldados estadounidenses murieron y otros 15.700 resultaron heridos en la guerra de Afganistán.
Los conflictos en Afganistán e Irak costaron 1,3 billones de dólares, y los sondeos muestran que el apoyo popular a mantener las tropas en suelo afgano está más bajo que nunca.
Obama estuvo tres veces en Afganistán como presidente, la anterior en diciembre de 2010, y una en Irak, en 2009. Estados Unidos culminó su misión militar en Irak a fines del año pasado.
En Estados Unidos, en tanto, el Pentágono presentó hoy un informe sobre la situación en Afganistán en el que habló de limitados avances en la estrategia bélica y advirtió que los talibanes todavía son capaces de lanzar ataques importantes pese a haber perdido terreno a manos de fuerzas norteamericanas y afganas.
El informe semestral obligatorio, enviado a ambas cámaras del Congreso, dijo que los talibanes no pudieron recuperar sus bastiones perdidos en las provincias de Helmand y Kandahar y elogió el papel de las fuerzas militares afganas desde el 1 de octubre pasado hasta fines de marzo.
Sin embargo, el documento también habló de avances limitados respecto de muchas situaciones que vienen dificultando el esfuerzo bélico político, no sólo en términos de la actuación estadounidense sino también de la efectividad del gobierno afgano para capitalizar los logros militares de los últimos años.
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