Discepolín
Vive – Entrevistas
La polémica discusión acerca
de la intervención del estado en la cultura. ¿Cuál es el rol del estado frente
a las distintas actividades? ¿Debe intervenir? ¿De que manera? ¿Hasta que
punto?
La Concejala Carola Nin
habló con Discepolín Vive sobre esta cuestión y criticó la falta de
difusión de los medios oficiales a los eventos culturales independientes.
También manifestó su postura acerca del conflicto del INCAA.
La edila del bloque
"Compromiso con Rosario", había presentado un proyecto de ordenanza
para legislar los teatros independientes, y organizó de forma conjunta con ATIR
(Asociación de Teatros Independientes de Rosario) el mes del Teatro
Independiente en Buenos Aires, dónde se dieron a conocer cinco obras rosarinas
en la sala de la UOCRA Capital.
Por Andy Belguich
Fotografía: Nicolás Vives
En
caso de que se apruebe la ordenanza para promover las salas de teatros
independientes ¿Qué normativas debería cumplir la figura legal que desarrolle
actividad teatral permanente en una sala de teatro?
Hay dos normativas por las
que nos vinculamos a A.T.I.R. (Asociación de Teatros Independientes Rosarinos).
Por un lado, una en donde logramos sacarle los tributos municipales. Es decir,
las salas de teatros independientes que funcionen en la ciudad de Rosario de
acuerdo a lo que establece la Ley Nacional del Teatro, a partir de la ordenanza
que se sancionó, no van a pagar un tributo municipal, que fue la forma que
nosotros encontramos de ponerle el hombro a la actividad teatral independiente.
Nosotros entendemos que la cultura es naturalmente contraestatal. No puede ser
el estado o un gobierno productor de cultura. La cultura es un fenómeno que
tiene que ver con lo contestatario, que reacciona en contra de un orden
establecido y nos parece que lo mejor que puede hacer el estado y los
diferentes poderes es colaborar para que esos procesos se den de la mejor
manera posible y a su vez apoyarlos en los momentos donde los actores
culturales necesitan apoyo. Por eso propusimos que se le saque el pago de DREI (Derecho
de Registro e Inspección) y propusimos una serie de medidas tendientes a
favorecer el desarrollo de la actividad independiente. El teatro independiente
ya tiene una normativa. ¿Cuándo un teatro es independiente? Cuando tiene menos
de 300 localidades, cuando se hace determinada cantidad de actividad, pero
nosotros lo que hicimos fue lograr que el municipio no les cobre un tributo en
momentos en donde soportan la suba de las tarifas, en dónde tienen dificultades
para difundir lo que hacen. Fijate la paradoja de Rosario, tenemos una agenda
cultural en dónde lo único que se publicita es lo que hace el estado municipal.
Si creemos que esa es la cultura en la ciudad de Rosario estamos muy
equivocados. Te diría que el gran productor cultural en la ciudad es independiente,
no es el Gobierno ni la Secretaría de Cultura municipal ni la Comisión de
Cultura. Ahora estamos peleando por otra ordenanza que es la que regula el
control del funcionamiento de las salas de teatros independientes. El municipio
controla a las salas de teatros independientes según una normativa que es la
que rige para lo que se conoce como “la noche rosarina” y nosotros propusimos
una normativa específica para que el teatro independiente tenga un control
adecuado a lo que es un teatro independiente. Uno de los grandes problemas en
Rosario es el tema “ruidos”. De los teatros independientes no hay ninguno que
tenga problemáticas por el ruido. En general, son salas de larga data que
tienen una historia. Un montón de cosas que son para los teatros y que nosotros
los estamos sometiendo a controles en un rubro que está mezclado los teatros
independientes con los circos, las peñas, los cines y los boliches, entonces
estamos proponiendo una normativa y un control específicos. Necesitamos que
Rosario sea una ciudad con buenos controles pero también que los controles no
obturen el desarrollo de los espacios culturales, por eso estamos proponiendo
no que no se los controle sino que se los controle de acuerdo a su trayectoria,
a sus capacidades, su forma de funcionamiento. Hicimos el mes de teatro
independiente rosarino en Buenos Aires, en una idea de mostrar que cuando se
puede ayudar al teatro independiente con gestión para que muestren lo que
hacen, si se quiere se puede, digamos. Nosotros desde la Comisión de Cultura,
sin los recursos que tiene el Ejecutivo Municipal, logramos que cinco elencos
rosarinos estén todos los sábados en un teatro muy lindo que tiene la UOCRA y
estén mostrando la producción. Esa fue la idea, mostrar que no es necesario ser
el productor de la cultura para potenciar la actividad cultural, que Rosario ya
tiene productores culturales independientes que hacen lo que creen que tienen
que hacer y lo hacen muy bien hace muchísimos años y que si el estado quiere,
los puede ayudar y los puede acompañar.
¿Qué
requisitos habría que seguir para tener la habilitación de la sala?
En el proyecto de ordenanza
hay cuestiones que son muy específicas de las salas de teatro: La cantidad de
gente, la cantidad de funcionamiento, el tipo de control en relación a la
luminaria. Estamos garantizando cuestiones de seguridad. No es que estamos
proponiendo una normativa que haga que no existan controles ni requisitos de
seguridad en la sala. Estamos pidiendo que eso tenga que ver con la
idiosincrasia de la sala y con la característica porque por ahí no es lo mismo
pedirle a una sala que va a tener 100 personas lo mismo que vos le exigirías a
una que recibe a 1.000 o a 15.000.
Fotografía: Nicolás Vives
El
año pasado, el gobierno nacional modificó la Ley de Servicios de Comunicación
Audiovisual a través de un DNU (Decreto de Necesidad de Urgencia) y hace poco, el
ministro de Cultura, Pablo Avelluto, le pidió la renuncia a Alejandro Cacetta, titular
del INCAA. Se teme por parte
de distintos actores culturales una intervención del gobierno nacional, no sólo
en el Instituto de Cine, sino en la mayoría de los espacios culturales ¿Cómo
analizás esta situación?
Me preocupa y eso intenté
que se manifestara en un pedido de declaración del Cuerpo en su conjunto que
presenté con otros ediles. Me preocupa porque, a veces, lo que pienso en
relación a esta situación se sintetiza en una frase que tiene que ver
justamente con esto que es “esta película ya la vi”. Esta idea de avanzar sobre
algunos aspectos de la vida cultural del país que nos hacen bien ¿no? Y avanzar
en el sentido contrario. A mí me parece que la industria cultural argentina en
lo que tiene que ver con el cine es una industria muy importante y además la
producción de cine argentino es muy buena. Hace poquito la Argentina recibió un
Oscar sobre una película pero no es solo el Oscar sino todo lo que hacemos en
relación a producir mediante películas, mediante obras de teatro, bienes
culturales a partir de lo que somos. Yo valoro muchísimo la producción cultural
argentina. Nuestra historia cultural, educativa, es riquísima, y me preocupa
que se avance contra esto. Te vuelvo a decir, no es que tenga nada ni en contra
ni a favor de quiénes desplazaron, es más, parecerían ser personas muy idóneas
y muy queridas en su ámbito pero me preocupa que se avance contra el
financiamiento de esto. Todos sabemos que si no hay financiamiento del Estado
en estos casos la producción audiovisual del cine nuestro va a bajar y esto es
un problema para nuestro patrimonio cultural, pero también para el trabajo porque
la cultura es trabajo. Hace poquito estaba sacando algunos datos de un informe
de la UNESCO. Las industrias culturales representan el 3% del PBI mundial.
Entonces me parece que son cosas que no podemos dejar que pasen. Todo lo que
sumemos en voces de alerta para que esto no pase suma. Y lo pienso más allá de
la política partidaria, son las cosas que como país tenemos que defender. Y que
se financie nuestro cine nacional tiene que ser una política de estado y una
política que no importa con qué gobierno esté. Me parece que no tenemos que
permitir que el gobierno de Macri avance en este sentido. Desde los lugares que
uno ocupa tiene que cuidar lo que tiene.
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