Fathi Tarbul, miembro del comité popular que controla Bengasi y uno de los líderes del levantamiento popular, aseguró que las fuerzas leales a Muammar Khadafi están perdiendo el control del país. "Khadafi está viviendo los últimos momentos y esperamos el final de su régimen en los próximos días", afirmó Tarbul, un abogado de 39 años, cuya detención el pasado 15 de febrero fue la chispa que prendió el levantamiento en el tercio este del país y en varias localidades del oeste y el sur.
Tarbul es responsable de Sociedad Civil y Juventud en la administración temporal de Bengasi, la segunda ciudad más grande de Libia, controlada desde el 21 de febrero por un comité popular tras las protestas que comenzaron al día siguiente de su detención.
En declaraciones a un grupo de periodistas, el líder de la revuelta popular agregó que ya no se puede hablar del Ejército de Khadafi, ya que "la idea es que no tiene Ejército", sino fuerzas paramilitares fieles y mercenarios.
Además, señaló que la decisión de lanzar o no un ataque militar contra Trípoli, algo que en un principio descartó, es una decisión que deben tomar los consejos de la revolución y no las Fuerzas Armadas.
El activista también contó cómo comenzó el levantamiento que mantiene en jaque a Khadafi y su régimen.
Abogado de las familias de los alrededor de 1200 presos que se cree fueron asesinados por fuerzas especiales del líder libio en la cárcel de Abu Salim, de Bengasi, en 1996 por exigir un mejor trato en la prisión, Tarbul fue detenido siete veces a lo largo de su vida, la última el pasado 15 de febrero.
"Veinticuatro agentes armados entraron en casa a las tres y media de la tarde, me detuvieron y me pusieron bajo custodia", aseguró Tarbul, que confesó que un hermano suyo, un primo y un cuñado murieron en las cárceles de Khadafi.
Tras ser detenido "la noticia se extendió y las familias de algunas de las víctimas decidieron manifestarse" para pedir su liberación.
A pesar de que a las tres de la madrugada del día 16 fue liberado, las protestas continuaron toda esa noche, y al días siguiente se convocó una manifestación de protesta en la plaza de los Juzgados, en el centro de Bengasi, bajo el nombre de "El Día de la Ira de los Libios", en la que los participantes "pidieron el reconocimiento de sus derechos", más allá de la liberación del activista. Ese día acabaría dando nombre a lo que ya se conoce como "la Revolución del 17 de febrero".
"El día 15 empezó, se extendió primero por Bengasi y creció poco a poco hasta llegar a este hermoso momento", subrayó el activista, que comentó que desea que, tras "la liberación total del país", Libia se convierta en un estado civil, democrático y parlamentario.
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