Desde el Congreso, Cristina llamó a los trabajadores a defender el modelo y negó haber propuesto una reforma constitucional: "Hablar de eternidad parece un chiste de humor negro"
Cristina Kirchner inició su discurso de apertura del nuevo año legislativo recordando el escenario en el que asumió la presidencia, muy distinto al que le había tocado a su antecesor y ex presidente Néstor Kirchner, quien "marcó el camino para que la Argentina creciera como nunca en sus 200 años de historia". Destacó la inclusión social del modelo económico vigente que, con un crecimiento del 9,1 por ciento en 2010, permitió superar la última crisis mundial. Reivindicó el desendeudamiento inédito iniciado en 2004 que bajó el peso de la deuda externa del 156 por ciento del PBI al 36 por ciento actual, y subrayó el récord histórico de reservas, que hoy superan los 52 mil millones de dólares. En materia de recaudación, solicitó al Congreso que trate la ley penal tributaria y la de lavado de dinero. Exhortó a las entidades bancarias, de "muy buena rentabilidad", a reorientar el crédito "para sostener la inversión y el crecimiento". Anunció la extensión de la Asignación Universal por Hijo a todas las mujeres embarazadas a partir del tercer mes de embarazo, que empezará a distribuirse a partir del 1 de mayo. Acerca de la seguridad, criticó la "especulación política electoral" de un tema tan sensible, reivindicó la creación del nuevo Ministerio a cargo de Nilda Garré, y anticipó que en pocos días se dará a conocer una "reestructuración general" de la Policía Federal.
Al negar cualquier posibilidad de discutir una reforma constitucional que le permitiera una re-reelección, CFK se preguntó si "alguien me ha oído decir que me presentaré a la reelección en 2011", criticó la pobre producción parlamentaria de 2010 y exhortó "a debatir" a la oposición todas las leyes pendientes de sanción, entre ellas las ya mencionadas ley tributaria, de lavado de dinero, a las que agregó la "ley de trabajo rural, para eliminar definitivamente la vergüenza del trabajo esclavo; la nueva ley de software, de trabajo domiciliario, y la ley de propiedad de la tierra, que tiene que ser inteligente para que no sea acusada de refractaria a las inversiones, ni de xenofóbica ni chauvinista". Por último, reclamó también la sanción de una nueva ley de adopción.
En otro de los tramos de su discurso, con fuerte contenido político, la Presidenta se pronunció respecto las medidas de fuerza y protestas de los sindicatos, puestas en escena en los últimos días con las detenciones del titular de la Unión Ferroviaria (UF) José Pedraza y de Uatre Gerónimo Venegas.
"Quiero seguir siendo compañera de los compañeros de los sindicatos y no de quienes toman medidas que siempre perjudican a los trabajadores. Deben ser inteligentes, porque las críticas pivotean sobre estás medidas de fuerza en los medios de transporte y, en realidad, buscan depretigiarlos porque lo que les molesta: el grado de participación, a través de 1800 convenios colectivos; el salario más alto de latinoamérica. Entonces, con la excusa de las medidas de fuerza y el mal funcionamiento de los servicios buscan arrasar con el país". Y remató: "Convoco a mis compañeros, los trabajadores, a defender el modelo".
En el inicio de su discurso, la Presidenta destacó el crecimiento récord que tuvieron las reservas del Banco Central en un promedio del 11,8 por ciento entre 2003 y 2010, año en el que alcanzó su récord histórico con el 13,4 por ciento. Mientras que las arcas acumulan 52.350 millones de dólares.
En ese marco, defendió la política de pago de deuda pública con reservas monetarias y destacó lo "paradójico" del crecimiento de reservas, que se dio "el primer año en que utilizamos las reservas para pagar deudas y no solicitar crédito a organismos internacionales", recordó. Y resaltó: "Esta decisión permitió instalar la confianza en Argentina, que iba a hacer frente a su endeudamiento".
En ese sentido, señaló que el desendeudamiento iniciado en 2004 fue "el más importante que se tenga memoria en la República Argentina" que bajó la deuda del 156 al 36,5 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI). A los números del desendeudamiento y el crecimiento, la Presidenta sumó las estadísticas de recaudación en distintos sectores laborales y transferencia financiera a las provincias."Hemos tenido durante 2010 una recaudación récord en los distintos sectores productivos", resumió.
En materia de recaudación, solicitó al Congreso "trate la ley penal tributaria para que quienes evadan vayan presos". Además, la Presidenta pidió que el Parlamento debata "la ley de lavado que nos exige el GAFI. Es probable que Argentina sea condenada por el GAFI", advirtió.
En ese contexto, subrayó que el campo, al que calificó como "uno de los sectores más dinámicos" de la economía, "solamente ha participado en la recaudación en 2,8 por ciento", por lo que no descartó que haya existido una evasión que, advirtió, "debe ser abordada". Y destacó la creación del Ministerio de Agricultura en un contexto del país en el que "se dijo que íbamos a importar granos y carne".
Como contrapunto anunció que se alcanzó una producción de 100 millones de toneladas de granos y agregó "también se pudo exportar carne para quienes decían que íbamos a tener que importarla". La Presidenta indicó que el próximo paso será sumar a la cadena de producción a los productores agrarios.
También instó al sistema financiero a "reorientar" la cartera de crédito para "sostener la inversión y el crecimiento" y recordó la "muy buena rentabilidad" de las entidades. Para hacerlo resaltó que en la década de 1990 la rentabilidad de las entidades financieras era de 3,9 por ciento y el año pasado llegó al 20,5 por ciento. En ese sentido, destacó que el Banco Nación "lidera el ranking en materia de financiamiento".
Respecto del crecimiento industrial, la mandataria señaló que "ha sido de más del 87 por ciento" y resaltó el aumento de la fabricación de productos argentinos de consumo popular como una "formidable sustitución de importaciones".
Y puso en contexto el incremento de la fabricación de celulares, lavarropas y LCD, entre otros productos, como un formidable aporte a la balanza comercial que "permite seguir sosteniendo uno de los pilares básicos como ha sido el superávit comercial, que ha superado los 12 mil millones de dólares comerciales". "El gran desafio está en profundizar este desarrollo industrial, avanzando en tecnología, valor agregado y agrandando las cadenas de valor", advirtió.
Así, continúo por defender "los pilares del modelo de la Argentina" y afirmó: "No nos vamos a someter a ninguna presión para distorsionar el rumbo. Estamos defendiendo lo logros productivos alcanzados que para nosotros son verdaderos pilares del crecimiento con trabajo para los argentinos", sostuvo la Presidenta en referencia a "los sectores que empujan devaluaciones que sirven sólo a sus intereses".
Y agregó: "Nos discutieron desde el primer día de la caída de Wall Street que el modelo que había que seguir era el que se había derrumbado y nosotros, terca y empecinadamente, insistimos en el modelo de desarrollo y producción con inclusión social porque era el cambio más apropiado, y no nos equivocamos".
En materia energética, dijo que en 2003 hubo un pico récord de demanda en materia energética de 14.350 megavatios en el país y que en 2010 ese índice pasó a ser de 20.842 megavatios. "Esto se explica por el crecimiento de la actividad económica", sostuvo y resaltó: "La energía no es sólo número económico sino también número social" que refleja el crecimiento de las industrias y el acceso de nuevas familias a la utilización de este servicio.
En ese marco, Fernández de Kirchner subrayó la reciente finalización de la represa binacional de Yacyretá y adelantó que en septiembre se sumará la inauguración de Atucha II, que sumará 700 megavatios al parque de generación.
Respecto de la Educación, la jefa de Estado apuntó que superó su compromiso de construir 700 escuelas al asumir en el gobierno y fueron inauguradas 1097, al ratificar el "compromiso" de su administración con "la educación pública" y aseguró que es necesario dar un "salto cualitativo" porque "ya no hay excusa para no hacerlo".
"En el 2003, se invertía el 2 por ciento del PBI en Educación y el 5 por ciento en el pago de la deuda externa, hoy se ha invertido esa proporción y se invierte 6,47 por ciento en educación y 2 por ciento para el pago de la deuda", señaló la mandataria.
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