jueves, 3 de marzo de 2011

“No voy a pedir el voto de la nostalgia”

El mendocino encabezó un acto en el Gran Rex, donde lo acompañaron varios ex funcionarios de la Alianza. A su adversario en la interna del próximo 30 de abril le cuestionó la utilización de la figura de su padre; a Julio Cobos, lo ignoró. También criticó al Gobierno.


 Por Sebastian Abrevaya
Llegó al escenario caminando desde atrás, levantando la mano y saludando a la gente mientras sonaba la melodía de la canción de Alejandro Sanz, “No es lo mismo”. “Se repite que no soy conocido, debería empezar entonces diciendo: Buenas tardes, me llamo Ernesto Sanz y quiero ser presidente de la República”, arrancó entusiasmado el senador y precandidato presidencial de la UCR. En un teatro Gran Rex que se arrimaba a las 3500 personas, Sanz repartió críticas indirectas, pero no por eso menos duras, a su competidor Ricardo Alfonsín e ignoró al otro radical en danza, el vicepresidente Julio Cobos. “No voy a pedir el voto de la nostalgia, voy a salir a pedir el voto de la esperanza”, sentenció el mendocino acompañado en el escenario por una serie de dirigentes sub-45 y debajo, en primera fila, por un importante puñado de ex funcionarios del gobierno de Fernando de la Rúa.
De saco azul, camisa celeste y sin corbata, Sanz habló por más de una hora. Se refirió a la interna radical, disparó contra el gobierno nacional y desparramó algunas líneas de lo que sería su eventual mandato. “Nadie tiene a su nombre un título de propiedad de nuestro partido. No sé si el amor a este partido se lleva en la sangre, pero les aseguro que yo lo llevo en el alma y en el corazón”, sostuvo en una desembozada réplica a los afiches alfonsinistas que rezan: la UCR “se lleva en la sangre, o no se lleva”.
Además de tildarlo de nostálgico, Sanz buscó diferenciarse permanentemente del hijo del ex presidente Raúl Alfonsín, cuestionando la utilización de la figura de su padre. “Desde el primer día de esta campaña muchos me han pedido que explique lo que me diferencia de Ricardo Alfonsín, y yo siempre respondo igual; prefiero que ustedes mismos establezcan la diferencia. Yo solo me llamo Sanz”, sentenció con los brazos abiertos y los hombros encogidos. Por si quedaba alguna duda, remató: “Soy Ernesto Sanz, tengo un pasado, como todos, pero no me alimento del pasado ni aspiro a repetirlo, toda mi fuerza está en el futuro y no voy a permitir que mi pasado me hipoteque porque tengo en claro que las respuestas que la Argentina necesita hoy no las va a encontrar en lo que otros hicieron ayer”.
Atentamente lo escuchaba un elenco de figuras compuesto, entre otros, por ex funcionarios de la Alianza. El ex ministro del Interior Federico Storani, de Defensa Horacio Jaunarena, los ex jefes de Gabinete Rodolfo Terragno y Christian Colombo, el ex vocero Juan Pablo Baylac y el ex intendente porteño Facundo Suárez Lastra ocuparon los primeros lugares junto a la histórica dirigente Florentina Gómez Miranda. Al mando de la organización, el secretario general del partido, Jesús Rodríguez.
El senador Arturo Vera, los diputados Rubén Lanceta, Ricardo Buryaile (dirigente ruralista), Sergio Pinto (ex ministro de Cobos) y Silvana Giúdici completaron la dirigencia que acompañó al mendocino. El histórico operador radical, Enrique “Coti” Nosiglia, no fue de la partida. El cacique bonaerense Leopoldo Moreau demostró con su faltazo que todavía mantiene sus fichas puestas en Julio Cobos.
“Muchos piensan que no vamos a poder gobernar. Les aseguro que este presidente radical gobernará todos los días de su mandato”, prometió Sanz apuntando contra los que “dicen representar a los trabajadores y se aprovechan del trabajo de otros”.
Respecto del kirchnerismo, Sanz consideró que “el Gobierno ya no da para más”. Acusó a Cristina Fernández de tener “un doble discurso” sobre la inseguridad y haber financiado su campaña con “dinero sucio”. “No tiene autoridad moral para hablar de inseguridad”, dijo.
Por último dedicó buena parte de su discurso a las promesas de campaña: inflación de un dígito, una gran reforma educativa, desarrollo en vez de crecimiento, lucha contra la violencia doméstica y un “ambicioso” programa de guarderías. “Se equivocan quienes creen que es más democrático tolerar el desorden que defender el orden”, concluyó.
Para cerrar, realizó un llamado a votar el 30 de abril en la interna de radicales e independientes. “Ese día elegiremos al próximo presidente”, se entusiasmó Sanz, sin contar con que Julio Cobos no participará de la interna. Lluvia de papelitos, el abrazo de su mujer, Cristina, de sus hijos y la marcha radical de fondo terminaron el lanzamiento oficial de su candidatura.

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