Quince años después del crimen de José Luis Cabezas ninguno de los condenados por el secuestro y asesinato está preso. Y en la cava de General Madariaga donde apareció el cadáver, con las manos esposadas y dos tiros en la cabeza, adentro de un automóvil al que los criminales prendieron fuego, manos anónimas arrasaron ahora con el altar de recuerdos, cruces, flores, ruegos, imágenes y los símbolos construidos desde entonces.
Así lo denunció Gladys, hermana del fotógrafo, junto a Raúl Ferrari, presidente de la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina y Gabriel Michi, el periodista que acompañaba a Cabezas en aquellos días aciagos de enero, en un acto celebrado ayer frente al Congreso de la Nación y que marcó el comienzo de las actividades que se desplegarán a la memoria de Cabezas y que hoy en Mar de Ajó tendrá como evento principal un festival de música y otras expresiones artísticas a pedido de los tres hijos de Cabezas, hoy adolescentes de 21, 19 y 15 años, que quisieron recordarlo desde el arte.
La hija más pequeña –una beba de meses cuando mataron al padre– vive ahora con la mamá María Cristina Robledo en España y ambas no estarán hoy para participar de los actos. Los otros dos hijos –que también eran dos niños, de seis y cuatro años– sí participarán de la actividad, pero con un perfil bajo.
“Queremos recordarlo con música y alegría porque eso era lo que tenía José Luis, que amaba a sus viejos, a sus hijos y a su familia”, explicó Gladys al hablar a centímetros de un ceibo a cuya sombra hay una placa de ARGRA con un Cabezas dibujado por Hermenegildo Sábat que se colocó el mismo año 1997 en esta plaza, donde entonces estaba la Carpa Blanca de los docentes. “Pinamar es la muerte, donde lo secuestraron y mataron, donde había zona liberada, pero además allí las últimas veces nos maltrataron y ahora me dice Gabriel (Michi) que estuvo la semana pasada y destruyeron todo, así que mejor que no fuimos”, agregó Gladys.
Tanto Gladys, como Ferrari y Michi fustigaron la decisión judicial que posibilitó que ninguno de los condenados por el crimen esté en la cárcel. “La justicia no vio que este es el peor atentado a la libertad de expresión desde el retorno de la democracia”, consideró Michi. “Los criminales lograron lo contrario de lo que se proponía porque ahora hay más fotógrafos, más periodistas y no nos olvidamos de José Luis como querían”, destacó el periodista.
Del acto de ayer, frente al Congreso, participaron también familiares de las víctimas del trágico incendio de Cromañon y de otros hechos aún impunes como el homicidio de Rubén Carballo, presuntamente a manos de efectivos de la Policía Federal, en la entrada a un recital.
Además del acto en Mar de Ajó habrá demostraciones en Pinamar convocadas por la Gremial de Prensa: desde la 17 una marcha de silencio unirá el municipio con la entrada de la ciudad donde un monolito recuerda al fotógrafo. Luego habrá otro acto en la cava de General Madariaga donde aquella madrugada de hace 15 años fue asesinado el trabajador, que también era padre, esposo, hermano e hijo.
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