Miércoles, 20 de febrero de 201301:00 | Informacion General
En Salta se recordará al triunfo patriótico que en febrero de 1813 despachó del norte argentino a las tropas colonialistas. El politólogo Hernán Brienza resaltó el coraje de Belgrano.
Ceremonias populares. Entre bandas militares y desfiles cívicos la capital salteña recordará a sus próceres.
Por Alfredo Montenegro / La Capital
"El 20 de febrero de 1813, luego de diez días de intensas precipitaciones, Salta amaneció sin lluvias. Entonces el capitán general patriota decidió dar la batalla. Las tropas patriotas usarían como estandarte, por primera vez en la historia, la bandera celeste y blanca. Debutó triunfante", dice en "Exodo jujeño. La gesta de Manuel Belgrano y un pueblo para construir una Nación", el politólogo y periodista Hernán Brienza.
Tanto la gesta de los humildes pobladores jujeños que dejaron sus tierras para acompañar a Belgrano y hacerles frente en Tucumán a las tropas realistas, como la batalla de Salta, han sido analizadas con rigor documental e interpretadas por el investigador graduado en la UBA.
"A partir de 2001 se percibe una demanda por parte de la sociedad para repensar la historia. Los hechos recurridos al cumplir 200 años sirven para retomarlos. Había como un desdén por el pasado, algo aburrido, pero llegó un gobierno con una lógica de construcción de la historia para comprender el pasado, presente y futuro. La gestión marcó algo muy interesante: una política para la historia", explicó anoche a La Capital.
Desde la ciudad de Salta, donde viajó para participar en un seminario sobre la histórica batalla y en los actos recordatorios, Brienza señala que en su trabajo sobre "Caudillos, pensamientos y revalorización de nuestro ser nacional", retoma la presencia de los caudillos "como entidad política a lo largo de la historia, con distintos intereses, pero en lucha por extender la Revolución de Mayo, aunque luego son reprimidos por Mitre y sus coroneles".
La grandeza de Belgrano. Brienza destaca "la actitud valerosa de Belgrano, porque en el éxodo queda explicitado cómo el pueblo tucumano en asamblea le exige no retroceder y presentar batallla, Belgrano, con más coraje cívico que formación militar, triunfa en Tucumán el 24 de septiembre de 1812 y en Salta, el 20 de febrero de 1813".
A cinco meses de la batalla de Tucumán, cuando Belgrano vence al ejército realista de Pío Tristán a pesar de que sus tropas eran muy inferiores, vuelven a chocar en Salta.
Días antes, las tropas criollas juraron obediencia a la Asamblea General Constituyente, reunida el 31 de enero de ese año, donde los más revolucionarios buscaban llegar a la declaración de la independencia.
Mientras el jefe de la tropa realista, el militar nacido en el Alto Perú, esperaba a las fuerzas rebeldes por el camino real, en cercanías de la capital salteña, estos los sorprendieron al avanzar guiados por el baqueano y capitán Apolinario "Chocolate" Saravia por la quebrada de Chachapoyas hasta llegar al campo de Castañares. Mientras, parte de la caballería despistaba los movimientos del grueso del ejército.
Tras la victoria patriota, Belgrano envió a un capitán que fue a ofrecer la capitulación de los colonialistas: "Diga a su general que se despedaza mi corazón al ver derramar tanta sangre americana". Sucede que las tropas enemigas estaban compuestas en su mayoría por soldados del Alto Perú.
Ante las críticas por tan humanitario gesto, el creador de la bandera nacional señaló: "Siempre se divierten los que están lejos de las balas, y no ven la sangre de sus hermanos ni oyen los clamores de los infelices heridos; también son esos los que más a propósito critican las determinaciones de los jefes".
Y fue Dorrego uno de los que no estaba de acuerdo con esa actitud con los vencidos. Para Brienza, "la razón militar era de Dorrego, pero Belgrano tomó con política el hecho, para demostrar a los soldados del Alto Perú la diferencia de las tropas libertadoras con los comportamientos de los jefes realistas, y así buscar el apoyo".
Por otra parte, Brienza indicó que la historia escrita por Mitre intentó esconder a Dorrego, "incluso, con operaciones intentaron victimizar al Galo Lavalle, quien mandó fusilar a Dorrego".
También indicó que un salteño que merece ser reconocido como "personaje histórico" es Martín Güemes, quien "debió esperar hasta el siglo XX para ser recordado. Sucede que gran parte de la sociedad salteña no estaba con el gaucho y sus proyectos".
Actos oficiales. Hoy, feriado nacional por única vez, la gesta será celebrada en Salta desde temprano con el izamiento de las banderas argentina y de Salta en la plaza Güemes, desde donde las autoridades se dirigirán a la Catedral Basílica, donde se oficiará el Tedeum.
En el monumento 20 de Febrero se realizará el desfile cívico militar y el homenaje previsto para los caídos en batalla, mientras que a las 11 se hará el homenaje central, en el Campo Histórico de la Cruz, con bandas militares invitadas.
Actuarán el Ballet Folclórico y la Orquesta Sinfónica, Los Huayra, Los Tekis, El Chaqueño Palavecino y Los Nocheros.
Participarán el vicepresidente, Amado Boudou, el mandatario salteño, Juan Manuel Urtubey, además del ministro de Defensa, Arturo Puricelli, y el secretario de Cultura, Jorge Coscia, entre otros.
Documental en canal Encuentro
Canal Encuentro presentará hoy a las 21 el documental “Batalla de Salta” que “propone recrear, recordar y homenajear a los patriotas que fueron protagonistas de aquella gesta”. La investigación recorre los escenarios originales donde ocurrió el combate como la ciudad de Salta, el río Juramento, donde Manuel Belgrano hizo que su ejército jure fidelidad a la Asamblea del Año XIII, el valle de Lerma, Chicoana y la quebrada de Escoipe, entre otros.
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