El Gobierno formalizó a través de del Decreto 1243/2011, publicado en el Boletín Oficial, la baja de las retenciones a las exportaciones de productos pesqueros elaborados en base a merluza, calamar y langostino, por el período de seis meses.
La medida, que había sido anunciada a principios de mes por el ministro de Economía, Amado Boudou, busca recuperar la competitividad de la actividad económica que generan las principales especies ícticas del país, pues "la actividad pesquera genera impactos positivos en las economías regionales", y además -agrega- "resulta mínimo el peso de los productos pesqueros en la canasta básica familiar".
"La industria pesquera nacional no escapó al contexto de crisis económica internacional y sufrió sus efectos, por la contracción en el consumo en los países desarrollados", expresa el Decreto.
Destaca además que "la contracción de la demanda de productos pesqueros en la Unión Europea, principal mercado para la colocación de productos pesqueros argentinos".
La industria pesquera argentina exporta alrededor de 90 por ciento de su producción, generando divisas por más de u$s 1.000 millones anuales, y empleo directo de unas 25.000 personas.
Además, el recurso langostino afrontó una caída del precio internacional, y como consecuencia de los menores ingresos aparecen dificultades para enfrentar los altos costos de captura.
Durante 2009 el precio promedio de las exportaciones de la especie tocó el mínimo de los últimos siete años promediando u$s 6.000 por tonelada, 32% menos que en 2005.
En tanto la pesquería del calamar atravesó la difícil situación de la escasa disponibilidad del recurso con el cierre anticipado de la temporada en 2009 y la oferta se contrajo principalmente por las bajas capturas en el Atlántico Sudoccidental, con un aumento del precio internacional.
Dice que la profundización de la crisis internacional afectó la demanda en los mercados de la Unión Europea y China; por ello, los bajos volúmenes de la oferta, junto con las dificultades de los consumidores para pagar los precios crecientes, repercutieron negativamente en el volumen de venta del recurso.
Agrega que en 2009, la falta de disponibilidad generó una recuperación del precio del 35 por ciento respecto de 2008, alcanzando los u$s 1.203 por tonelada; sin embargo, la crisis y la débil demanda mundial limitaron la suba del precio por debajo de las expectativas.
En el caso de la merluza común (Merluccius hubbsi), la crisis financiera internacional tuvo su repercusión en los principales mercados; así, las importaciones de la Unión Europea, principal mercado para la merluza argentina, cayeron 8% respecto de 2008.
Luego de un fuerte aumento entre 2003 y 2006, de 153 por ciento, el valor de las exportaciones en los años siguientes creció a un ritmo menor, alcanzando tasas de crecimiento en torno a 5% anual; no obstante, este crecimiento se estancó en 2008 y el valor de las exportaciones sólo se incrementó 1%.
A diferencia de la tendencia que se observaba en los últimos años, durante 2009 el aumento del valor de las exportaciones de dicho recurso fue consecuencia directa de un mayor volumen.
Hasta 2008 se registraba un incremento de las exportaciones con menores volúmenes, lo que permitía obtener mayores ingresos con una menor presión sobre el recurso; durante 2009 el precio promedio de la merluza común fue de u$s 2.225 la tonelada, 19 por ciento menos que el año anterior, expresa el Decreto.
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