Discepolín Vive - Teatro
Un ciego sentado en una plaza, que podría ser Jorge Luís Borges, recibe en el mismo banquillo a distintas personas con historias tan particulares y conectadas entre sí, que eligen contárselas con la intención de desahogarse y ser escuchados. Aunque esas historias le son ajenas al hombre ciego, pronto termina de involucrarse por completo. Lo que fue, lo que no fue, lo que pudo haber sido. ¿Destino, casualidad o mundos paralelos? Encuentros que cambian para siempre la vida de un grupo de personas. Así Mario Diament abre la puerta para Cita a Ciegas, una obra inspirada en Jorge Luis Borges se presenta a 30 años de su muerte, esta vez con la dirección de Walter Operto, viejo compañero de Diament en los `70, quiénes compartían su afición por el teatro y su afinidad por el periodismo. Walter comenta que en aquel entonces él había estrenado Ceremonia al pie del Obelisco, con dirección de Raúl Serrano, y luego Crónica de un secuestro, de Mario.
Un ciego sentado en una plaza, que podría ser Jorge Luís Borges, recibe en el mismo banquillo a distintas personas con historias tan particulares y conectadas entre sí, que eligen contárselas con la intención de desahogarse y ser escuchados. Aunque esas historias le son ajenas al hombre ciego, pronto termina de involucrarse por completo. Lo que fue, lo que no fue, lo que pudo haber sido. ¿Destino, casualidad o mundos paralelos? Encuentros que cambian para siempre la vida de un grupo de personas. Así Mario Diament abre la puerta para Cita a Ciegas, una obra inspirada en Jorge Luis Borges se presenta a 30 años de su muerte, esta vez con la dirección de Walter Operto, viejo compañero de Diament en los `70, quiénes compartían su afición por el teatro y su afinidad por el periodismo. Walter comenta que en aquel entonces él había estrenado Ceremonia al pie del Obelisco, con dirección de Raúl Serrano, y luego Crónica de un secuestro, de Mario.
A 30 años de la muerte del escritor
Jorge Luis Borges, Diament pone a un ciego que conversa en el banco de una
plaza con las personas que se le acercan. La obra dirigida por Operto puede verse
todos los sábados a las 21, en La Nave (San Lorenzo 1383).
El director contó que la primera
vez que vio la obra en Buenos Aires le pareció muy aburrida, pero que sentía
que si la misma tuviese buenas actuaciones y una buena dirección podría ser una
obra de culto para el país y el mundo por la belleza de los textos y la riqueza
en los diálogos.
- ¿Como fue
el proceso de adaptación de "Cita a ciegas" de Mario Diament?
“Cita…” es, esencialmente, una obra
de texto, pero no de un texto al que se pudiera abordar con las llamadas
“improvisaciones o “acercamientos”, tan en boga en montajes teatrales
experimentales y/o estudiantiles. Aquí la escritura teatral no se improvisa, no
se altera ni se complementa. Es eso o nada. Y es, fundamentalmente, un texto de
gran nivel literario. Este carácter de texto inmodificable representó, de
entrada, un gran desafío para sus intérpretes. Y también significó una búsqueda
no fácil para encontrar a un grupo de actores dispuestos a ponerle el hombro,
el cuerpo, la cabeza, las emociones y algo más. También hubo que tener en
cuenta su extensión de poco más de dos horas, una duración a la que teatristas
y público nos habían desacostumbrado desde propuestas breves, y, a veces, más “físicas”
que corales. No obstante, los intérpretes aparecieron y el trabajo se abordó
con profundidad, alegría, mucho convencimiento y la certeza grupal de estar construyendo sobre una literatura,
repito, de gran vuelo literario y filosófico.
Otro gran desafío para el
dramaturgo fue encontrar a los actores para el perfil de los personajes. Un
elenco conformado por Héctor Bellomo, Guillermo Almada, Gloria Piñero, Adriana
Felicia y Jorgelina Farioli. Acerca de su trabajo con los actores, Walter
comenta: A la hora de empezar un trabajo de dirección, siempre recuerdo a los
intérpretes un grupo de consignas y reglas clásicas de maestros que conocí y
que de algún modo fueron formando mi propia mirada sobre el teatro. Entre ellos
el rosarino Eugenio Filipelli, el porteño Jaime Kogan, el uruguayo Atahualpa
Del Cioppo, el tucumano Raúl Serrano, el italiano Luis Mottura y el
norteamericano Lee Strasberg. También trato de instalar en el trabajo de los
actores una máxima del teatro griego clásico que, en mi opinión, sintetiza, de
modo simple y claro, a muchas escuelas y corrientes teóricas acerca de la
actuación. “No hagan de dioses, sean dioses”, enseñaban los maestros griegos a
sus actores. En general, la máxima actúa con efecto positivo sobre la
“búsqueda” del personaje por parte de su intérprete.
- ¿Que
opinión te merece el concepto de "Cultura popular"?
Así dicho, el término sigue siendo
un concepto demasiado amplio y demasiado abarcador de manifestaciones diferentes.
Desde que comenzó a incluirse en ese espacio a la pintura de Berni y al teatro
de Discépolo con el locro o el asado con cuero, preferí llamar “arte popular” a
todo arte que abra la cabeza y exprese nuestros conflictos existenciales y
sociales.
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